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Sunday, January 10, 2010

Reencuentro


Al igual que cuando fui al aeropuerto a buscar a Madre y Hermana, el otro día cuando fui a buscar a Clara y a Matías a la estación de tren, una de las cosas que más me gustó fue la sensación de ser local. (Si bien acá no me siento turista hace mucho, el hecho de recibir gente siempre me gustó. Bah, en determinadas ocasiones prefiero ser visitante. Te vas de tema.)

Clara apareció el año pasado en Facebook y después de varios mails en los que nos pusimos al tanto de nuestras vidas recibí uno de ella que decía: "en diciembre voy para Australia a visitar al Mati. Tenemos que vernos sí o sí." Obvio, le respondí, y un tiempo después los fui a buscar a la estación.

Desde la plataforma yo miraba un poco ansiosa entre la gente que se paraba de sus asientos para bajar del tren, tratando de reconocerla y practicando caras en caso de que no. (No sé muy bien porqué esto, supongo que no quería que ella viera cara de ¿quién sos?)
No hizo falta acudir a mis dotes actorales, la reconocí enseguida. Está igual. !Pero si estás igual! (Me reí sola.) Igual, igual a como la recordaba con sus piernas largas, short verde y remera de North claramente no, pero el resto, igual. Supongo que me entienden. El que no tenía nada de igual era "el Mati", que la última vez que lo vi tenía cuatro años. (Si hubiera tenido algo de igual hubiera sido preocupante. A ver si cortamos un poco con los paréntesis.) Al lado del metro 92 de Mati me sentí un chicón de suelo.

-¿Te acostumbraste rápido a manejar del otro lado?- Me preguntó Matías cuando salimos de la casa, camino a Bells Beach.
-Se, los primeros días un poco más lenta pero ya me acostumbré.-
-Te ubicás perfecto acá,- dijo Clara (en referencia a Torquay).
-Es que vengo cada vez que puedo y como verán, es chico.-
Sólo hizo falta que ella lo dijera y que yo lo confirmara para que termináramos en el medio del campo, a varios kilómetros de la playa. Por suerte alguien inventó el GPS.

Después de la visita a Bells fuimos para otra playa, y mientras los niños de entre seis y diez años entraban en calor corriendo por la orilla y después con sus tablas iban en busca de las olas, nosotras cotorreábamos como dos grandes amigas que nunca perdieron el contacto. (Con esa descripción asumo queda claro el contenido de los variados temas de conversación.)

Nota personal a los del D: les comento que tratamos el tema Soo Chin que tanto nos ocupó el año pasado. Quién sabe, quizá la terminemos encontrando en Facebook y se de una vuelta por la reunioncita de 10 años, todavía tenemos tiempo. A decir verdad, no quiero que bajen los brazos, pero con ese nombre va a estar complicado...

Al atardecer, otra vez hacia la estación, la promesa de seguir en contacto, abrazos varios...

Clara me hizo pegar un viaje adonde hacía muchísimo no iba; me llevó unos días volver. Una o la otra, o las dos, viajaremos para volver a vernos. Ojalá no falten otros 16 años para ese reencuentro.

(La semana pasada no me pude conectar, vuelvo a escribir en breve.)

2 comments:

Anonymous said...

Vicuuu!
QUE LINDO REENCUENTRO!!! Yo estuve hablando con ella por mail y coincido en que sigue siendo tan divina como siempre!!..aparte en sus fotos de fcbk está igual, es INCREIBLE!!!..
Contanos q onda el hnito para ti?! apenas mencionas su altura..c´on!!!

OBVIO que seguiremos en campaña por Soo, en algun lado del mapa mundi estará asi q ya la encontraremos!!!
Te quieroo
Mari V.
pd. Te banco en la del gps!!!!!!!!! :)

Anonymous said...

jajaja, q haces Mari??!!!
Ridicula, no entendiste lo de VEINTE anios?????
despues te escribo
beso enorme

yo

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