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Friday, October 16, 2009

Tram

'How are you travelling?' Me pregunta.
'How am I travelling now, you mean?'
'Yeah.’ Duh! estoy segura que lo quiere decir.
'By tram. Number 1 tonight.'


A simple vista: el grupo de orientales que no para de gritar; el de los headphones tipo DJ; el de los headphones blancos que musicaliza a todos los pasajeros; la que se admira en la ventana; la que lee; la que lee lo que lee la que lee; el que termina su bebida y se hace el gil cuando deja la botella debajo del asiento; el que mirás; el que te mira (que no es el que mirás), muchos perdidos en sus iPhones o BlackBerries…



A veces, de noche, estás en un tram de los viejos y se queda. Si. Se enganchan los cables o lo que sea hay ahí arriba y no se mueve. Los dos tipos que están al fondo, el conductor, tus dos amigas y vos se bajan a empujar. (Casi lo mismo que empujar un Polo. Ja!) De casualidad lo mueven los dos milímitreos necesarios y vuelven a subir. Y las señoras (no tan señoras, cómodas las describe mejor) te agradecen. De nada hermana, lo hice por vos.

Otras veces, suben ellos. Sorprenden en cada puerta. No se les va a escapar ninguna presa. De golpe te preguntás si estás en la sala de lectura de la biblioteca y cuando te muestran su credencial volvés al viaje. No hay vez que no agarren a alguien que no haya pagado la card y proceden al bolsillo de su sobretodo azul marino, sacan su libreta y copian los datos para la multa. Los que se hacen los vivos intentan zafar con una actuación berreta de no sabía pero no tienen chance (jamás vi a un argento, eh). Los inspectores se bajan sonriendo, saboreando su rato de poder.

Llegando o saliendo de mi parada ya nos conocemos: el de la casa de hamburguesas; el de la librería; la china del chino de la vuelta; el rubio que va a jugar al tenis lookeado para ir al boli; la que parece de otra galaxia, tiene la piel plateada y respira en una bolsa de plástico del mismo color; el pelado con la cara y cabeza tatuada con flores y arabescos, con su jean bordeaux doblado, zapatillas (modelo 86) negras y soquetes, buzo verde cerrado hasta el cuello.
Este buen hombre se sube – tram casi vacío en esta zona – y ¿dónde se sienta? Al lado mío, claro. Huele a cenicero que no se enjuagó en años y me asusta cuando me habla, siempre. No sé cómo responderle, nunca. Por suerte se baja pronto.


Una carcajada interrumpe mi verborragia.
'Haaaa… just wanted to know how you were doing.'
'Oh. Fine, thanks.'

3 comments:

Fer said...

jiji en agunas cosas se parece a NY, sobretodo cuando relatas lo de los personajes tipicos, el q lee, el del iphone, el q lee lo q lee la q lee... mis viajes de las manianas en el path son algo asi jeje... Amiga te extranio!!!

V Lady said...

ja, si son los mismos personajes en todos lados... salvo los q están medio chapa encerrados en un home por acá cerca.. anyway
beso grande Fernandita!!!

Delfi said...

Fits!!!
Gran relato. A varios nos pasa lo mismo cuando viajamos en bondi, subte, etc.
Pregunta: lo del polo fue por algo en particular?!!?. jajajjajaj
Besos

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