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Wednesday, July 7, 2010

Camboya

Nos quedaron pocos días para recorrer Phnom Phen y Siem Reap.
Lo primero que hicimos al llegar al hotel en el que caímos medio de casualidad fue preguntarle al dueño cuánto nos debería cobrar un tuc-tuc por llevarnos a los cuatro lugares que nos interesaba visitar esa tarde. Ni idea, dijo. ¿Cómo ni idea? Más o menos, tiranos algo.
‘I just come from France, I am not a driver,’ decía.
‘When did you arrive?’
‘Two years ago.’

Con la inexistente ayuda de este tipo negociamos con un driver y salimos. Royal Palace, Russian Market, Tuol Sleng, un lago (lake side) donde se pueden sacar buenas fotos que poco reflejan la realidad … Claro que el driver nos quiso cobrar más, emepezó a quejarse, a decir que nos había llevado a muchos lugares, blah. Se hizo el ofendido y nos quiso dejar bajo la lluvia en el River side. Estábamos a cuadras del hotel pero como no era lo que habíamos arreglado no nos movimos hasta que nos dejó en la puerta.

Eran pasadas las 7, a las 9 pm hora local jugaba Argentina contra Alemania. Salimos en busca de un grupo de argentinos que nos acepte en su mesa (¿quién se negaría a semejante lujo?). Enseguida los encontramos y en dos segundos nos sentamos con ellos. Empezó el partido. Detrás de la pantalla había una lagartija, en la mesa un florero con arroz y una bella rosa de plástico—gol.
‘Wi fi password, please?’ Jenni le preguntó al mozo. El tipo le sacó el iPod y empezó a tipear la contraseña. Y escribió y escribió y escribió. Se debe haber puesto al día con toda su familia.
‘Argentina is not playing well,’ dijo el alemán que estaba atrás mío.
‘¿De qué pediste la pizza?’ pregunté.
‘tomate, jamón, mushrooms…’
‘No escribas que dije ay por Dios.’ ‘¿Podes poner que tengo a Buddah atrás?’ También había niños atrás: ‘Me llevo un Maddox, eh.’ ‘Qué difícil este partido.’ ‘¿Crespo no está?’ Jenni seguía hablando y haciendo preguntas, le comentó a uno de los chicos que ‘hay pocas cosas que me interesan menos que el fútbol.’
‘Hay un colorado en la tribuna. ¿Es colorado el marido de Flor?’
‘Quiero aprender alemán, ¿viste la puteada del técnico? Es un espectáculo.’
Festejamos el gol (¿ustedes también?) Maldito offside.
Y hasta ahí llegué. Los nervios crecieron, llegaron más goles y la tristeza. Nos quedamos una hora más, cayéndonos lentamente, se hicieron las 12.05.

Todo lo que nos había parecido lindísimo de esta zona durante el día había desaparecido. Mientras caminábamos sin saber adónde íbamos pasábamos un tuc-tuc pegado al otro, todos con sus conductores durmiendo adentro. En las veredas, muchas mujeres con bebés y niños durmiendo también.
Vimos una puerta con globos y frenamos. A pesar del cansancio no nos podíamos ir a dormir. Entramos a este bar donde una banda tocada covers. El cantante era Jackie Chan con mucho rock ´n roll encima, creo que tenía unos reflejos amarillentos. El bar cumplía seis años; uno de los primeros temas que escuchamos fue el feliz cumpleaños versión heavy metal. Cumpleaños 27 personalizado en Phnom Phen. Ojo.

El domingo el oloriento francés dueño del hotel nos preguntó adónde íbamos, le dije que a los Killing Fields.
‘Where?’
‘Killing Fields.’
‘What’s that?’
Me tenía que estar jodiendo. Fuimos a un mapa con todo el circuito turístico, se lo mostré. Cara de ni idea.
‘You really don’t know? Never heard of this?’
‘No.’

Después del medio día salimos para Siem Reap. No paró de llover en todo el camino. Dos horas antes de llegar, paramos en un galpón. Jenni y yo venimos alineadas en todas las decisiones que debemos tomar; lo que no están alineados son nuestros gustos por la comida y los límites a la mugre. ‘Este lugar es siniestro,’ dije.
‘Si vos decís que esto es siniestro, estamos complicadas,’ comentó J.
En el bus habíamos viajado con una pareja que hablaba español (nunca sacamos de dónde son). Llegamos a Siem Reap, el bondi frenó en lo que de día debe funcionar como un mercado; de noche, naranja. Pasadas las 10 pm, 4 de julio de 2010, llovía, no teníamos idea dónde estábamos, teníamos frío, sueño, no se veía un tuc-tuc… La gente había bajado del bus, sólo quedaba este latino en el bus. Llegó adonde estábamos nosotras.
‘Che, ¿qué se hace? Está lloviendo, no hay nada acá, ni un tuc-tuc…’ Jenni tenía miedo.
‘Pues no sé, acabamos de llegar.’ El pibe respondió con tono de "estamos en la misma".
Nosotras seguimos recolectando nuestros bártulos en el bus, vimos que en la puerta apareció un tipo con un cartel: ALVARO decía su papel. ‘¿Ahora tengo cara de Álvaro? ¿No ves que no soy Álvaro?’ Jennifer estaba indignada.
Bajamos a buscar las mochilas. Mientras Jenni sacaba la suya ví que el choffer encontró a su pasajero. Los tuc-tuc aparecieron y nos subimos a uno que nos llevó adonde pudo. La ciudad estaba sin luz. ‘Jen, ¿sabés quién es Álvaro?’
‘Eh?’
‘Álvaro, el del papel. El copado que nos dijo que no sabía nada.’
‘Álvaro hijo de una gran…’ Jenni despertó a toda Camboya.

Pasamos la noche sin luz en el hotel más caro que pagamos hasta ahora. A la mañana siguiente salimos a buscar uno más barato, desayuno y horas recorriendo las ruinas.

Lara Croft se despide de Camboya; próximo destino: ¡playa!

1 comments:

Anonymous said...

copado amiga!!!!! sigan disfrutando!!! que lindo!!
besotes
ceci

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