S, la hermana mayor, el hermano mayor y yo, éramos los únicos en este exclusivo sector del estadio; teníamos la mejor mesa, frente al ventanal y sin ninguna otra mesa cerca. Después de hojear la revista de la carrera (que fue lo mismo que mirar un manual de bioquímica) y probarme la gorra gigante que estaba encima de mi plato, no había mucho más para hacer. Salimos a ver qué pasaba afuera. Pasar no pasaba mucho: seguían armando los obstáculos, mojando la tierra, poniendo los cosos esos para marcar los límites... Pregunté cómo era el tema de la carrera y algunas cuestiones técnicas para entender un poco lo que iba a estar viendo en un rato. La gente (todos hombres) fue cayendo al baile y por suerte entramos a comer.
Otra vez afuera a la tribuna, esta vez a ver un poco de acción. Al lado mío se sentó el (no tan) joven que conocí el fin de semana anterior. '…seems Charlie is keen on you going on Saturday,' me dijo S en la semana.
'Ha, ha. Sure,' sonreí cuando S no me vio.
Cada bajada de la bandera cuadriculada marcaba la caída de mi entusiasmo. Le pregunté a Charlie cómo era el tema de la carrera y algunas cuestiones técnicas, no porque no hubiera entendido antes, supongo que para hablar de algo o porque me quise hacer la que me interesaba... Traté de ponerle onda a las motitos pero si cuando algo me interesa (según ustedes) mi cara no lo expresa, pobre hombre la expresión que habrá visto.
'You'll have to come back so that I take you sailing. Much more fun than this.'
'I think I’d enjoy that.'
La última carrera terminó en el momento justo. Más de tres horas de ver el mismo circuito y el ruidito ensordecedor fueron más que suficiente para una primera experiencia.
De vuelta a Torquay, todos sentados en la terraza frente al fuego. '…this is the circle of trust,' o algo así dijo el hermano mayor en un momento de reflexión. Gracias por incluirme pero ya pertenezco a uno. El hermano mayor siguió: '…which may shift onto the circle of looove.'
Ahí va mejor.